domingo, 21 de octubre de 2012

Manejo en la alimentación del Caprino de Leche

En relación a la alimentación del caprino de leche, existen una serie de pautas generales, válidas para los diferentes sistemas de explotación, que conviene tener en cuenta y que detallo a continuación:

  • La cabra como rumiante, necesita en su alimentación un aporte de forraje. Interesará que sea de elevada calidad, sobre todo en las épocas de preparto y lactación. En estos periodos, la cantidad de alimento ingerido por la cabra debe de ser la mayor posible para que pueda expresar el máximo de producción lechera, tanto en cantidad como en calidad. Normalmente, el forraje que más se utiliza es el heno de alfalfa, por ser un forraje de elevada calidad, alto en proteína, minerales (sobre todo calcio), muy digestible y favorecedor de la rumia.

  • La cabra se caracteriza en sus hábitos alimentarios por tener un comportamiento selectivo. Las cabras gastan más tiempo comiendo y menos rumiando que la oveja para un mismo nivel de alimentación. Manifiestan un mayor interés por los granos de cereal y las fracciones ricas en proteína, que aquellas que tienen un mayor porcentaje de fibra y celulosa.

  • Se deben evitar en la medida de lo posible, materias primas que favorezcan un mayor porcentaje de finos (partículas de alimento de tamaño muy pequeño, menores de 1mm.) y controlar su presencia en la alimentación. Estos finos no son nada apreciados por las cabras y muy probablemente rehusarán su consumo.

  • foto obtenida de web: www.todorumiantes.es

  • El periodo de preparto (6 sem. antes del parto) e inicio de lactación, es una fase muy delicada debido a que se produce un mayor crecimiento del feto/s, abraguerado de ubre y producción de calostro. Además los rechazos de determinados ingredientes de la ración son mayores en la etapa de final de gestación e inicio de lactación. En este periodo hay que cuidar una adecuada densidad energética de la ración, para evitar problemas de toxemia de gestación, frecuentes sobre todo en partos dobles.

  • Un factor importante a la hora de estimular el consumo de pienso, durante los periodos de mayores necesidades es repartir la cantidad diaria de concentrado en el mayor número de tomas posible. Lo ideal sería repartir el concentrado en 3 veces con un máximo de 300-400gr cada vez, para hacer que el pienso sea lo más apetecible posible.

  • Finalmente, otro punto a tener en cuenta es que los cambios en la alimentación se hagan progresivamente. De esta manera daremos tiempo a la flora ruminal a adaptarse a los nuevos ingredientes y evitar así una posible disbiosis (desequilibrios en la flora ruminal) y sus problemas asociados.
foto obtenida de web: www.mundoganadero.com
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